El consejero delegado de Facebook, Mark Zuckerberg, anunció este lunes la construcción en Irlanda de un nuevo centro de datos de la red social que entrará en funcionamiento en 2018. Estas instalaciones, que albergarán una de las «maquinarias más complejas jamás creadas», según Zuckerberg, se situarán en la localidad de Clonee, a las afueras de Dublín, donde Facebook tiene su sede de operaciones internacionales desde 2008.
Será el sexto centro de datos de la compañía estadounidense en todo el mundo y el segundo en Europa junto al de Lulea, en Suecia. El fundador de Facebook destacó que su construcción contribuirá a la creación de unos 2.000 puestos de trabajo y que empleará a «docenas» de personas de manera permanente cuando entre en funcionamiento dentro de dos años.
«Los centro de datos ofrecen todos los servicios para vosotros. Son algunas de las maquinarias más complejas jamás creadas», explicó Zuckerberg en una nota de prensa. El llamado Centro de Datos de Clonee se alimentará al cien por cien con energías renovables y usará un sistema de climatización natural que desaliniza el aire, debido a su proximidad al mar de Irlanda.
«Estamos encantados de invertir en Irlanda, de formar parte de la comunidad de Clonee y de construir esta enorme infraestructura que conecta a nuestra comunidad global», dijo Zuckerberg. El centro se levantará en un terreno de casi 90 hectáreas cuyo precio de compra se estima ha sido de 200 millones de euros.
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Albert Arjona se paga el máster con un negocio casero. Imprime ecografías de embarazos con su impresora 3D. '60 euros con IVA y portes incluidos', dice el barcelonés.
Desde que en 1995 a los estudiantes del MIT Tim Anderson y Jim Bredt se les ocurriera destripar una impresora para sustituir la inyección de tinta por un polvillo, las impresoras 3D han saltado de la gran industria al entorno doméstico. No es aún lo habitual, pero pronto lo será. La acelerada caída de sus costes, a una velocidad que no conocieron el ordenador ni la impresora láser, hace prever que en una década la impresora 3D será tan popular en los hogares como lo es hoy la convencional. Mientras tanto, la industria farmacéutica y médica aplican las impresoras 3D para sus investigaciones. También despachos de profesionales la incorporan para abaratar costes o ganar tiempo en sus proyectos.
Gracias a la inyección de plástico líquido o polvo de arena, de una de estas impresoras salen prótesis dentales o utensilios para el hogar pero, a diferencia de la impresora convencional, su tamaño es fundamental. Un parachoques, por ejemplo, no podrá salir de una impresora del tamaño de un microondas. Hay que construirlas a medida, al menos para la industria.
En UltraSoun3dPrinted.com se ofrecen ecografías tridimensionales. 'Coloqué la página hace un mes y tengo una media de una petición por día', dice Arjona, de 25 años. Medio año antes, este ingeniero mecánico no tenía ni idea de impresoras 3D. 'Había leído bastante, pero nada práctico. Un fin de semana me fui a la tienda Reprap.com de Barcelona y salí con una bajo el brazo'. El cursillo y las piezas del aparato le costaron 900 euros en total. 'Un amigo me hizo la web y otro me ayudó a montar la impresora. Coste cero y ahora me ayuda a pagarme mi máster de Diseño Mecánico'. Arjona tarda unas cuatro horas en imprimir la ecografía al tamaño de 100 milímetros.
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Ya no es la época de los buscadores de oro. Tampoco el petróleo es tan dorado como hace unos años. Los datos personales es el oro del siglo XXI. Tras conocerse que reorientará su modelo de negocio para describirse como «gratis para toda la vida», WhatsApp va camino de vincular toda su información con su empresa matriz, Facebook, que adquirió la aplicación de mensajería instantánea por más de 19.000 millones de euros en una operación financiera que sorprendió a los expertos.
Sin publicidad, sin juegos y sin trucos. Era el lema para animar a los usuarios a continuar con sus servicios. Pero según consta en el código de programaciónde la versión 2.12.413 para el sistema operativo Android, aún en fase de pruebas, -ya ha sido sustituida por una versión modificada desde la página oficial de descargas- WhatsApp proporcionará información de sus usuarios con Facebook, una de las estrategias de las que se ha hablado desde hace meses y que, ahora, parece refrendarse.
El descubrimiento ha venido del análisis exhaustivo elaborado por Javier Santos, desarrollador sevillano que ha asegurado esta fusión entre ambas marcas. En su perfil de Google Plus ha explicado los entresijos y ha publicado varias capturas de algunas de las funciones que vendrán incluídas, presumiblemente, próximamente. «No pensaba que iba a llegar a tanto», explica el joven de 20 años en declaraciones al diario ABC.
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Mucho está costando a la ciencia y a la tecnología lograr artificialmente algo que nuestro organismo hace con aparente facilidad: ver en relieve. El truco natural de la visión tridimensional reside en la distancia (unos seis centímetros) que separa un ojo de otro.
Así, al mirar algo, cada ojo recibe una imagen ligeramente diferente y el cerebro las integra en una sola en 3D y, cuando uno pierde la visión de un ojo, o se lo tapa, ve imágenes planas y calcula mal las distancias. Copiar o emular este sistema es todo un reto y se ha logrado, en sus versiones más difundidas, mediante las engorrosas gafas que uno se pone para ver una película tridimensional. Hay algunas alternativas, pero con limitaciones. De ahí el impacto del anuncio de una nueva tecnología de imagen tridimensional sin gafas, basada en óptica difractiva, que ofrece buenas perspectivas para su utilización en teléfonos móviles, relojes y tabletas. Podría incluso llegar a imponerse como televisión 3D sin gafas si se despejan los retos tecnológicos.
El líder del equipo que ha lanzado la nueva idea, el físico David Fattal, explicó el resultado al presentarla en el último número de la revista Nature: 'Si tienes proyectada una imagen del planeta, por ejemplo, con el polo Norte asomando en 3D desde la pantalla, al girar la cabeza alrededor podría ver cualquier país en el globo terráqueo'. En resumen, visión tridimensional con diferentes ángulos en todas las direcciones, sin gafas especiales e incluso puede ser barato de fabricar, afirmaron los investigadores, del laboratorio de Hewlett Packard en Palo Alto (California). 'A diferencia de otras muchas tecnologías que solo permiten el paralaje horizontal, lo que significa que usted solo ve en 3D cuando mueve la cabeza a izquierda o derecha, nosotros hablamos de una tecnología tridimensional de paralaje completo', añadió Fattal.
En una imagen tradicional plana, en dos dimensiones, los dos ojos ven exactamente lo mismo en la pantalla. Para lograr el efecto tridimensional de las dos imágenes diferentes que ven nuestros ojos, la solución más extendida es la de las gafas especiales, con un par de opciones: unas polarizan la luz en diferentes direcciones para formar dos imágenes que den la visión tridimensional, y las otras son las de los habituales filtros verde y rojo, que restan un color en cada ojo formando imágenes ligeramente distintas.
Existen ya tecnologías de 3D sin gafas, como reconoció Fattal, pero son complicadas porque hay que dirigir la luz de cada píxel de la pantalla emisora de manera que lleguen los patrones de imagen ligeramente diferentes a uno y otro ojo. Esto tiene el inconveniente de que para ver el efecto tridimensional no hay que apartarse demasiado del ángulo de visión óptimo a la distancia correcta. En todo caso, solo permite explorar la imagen en relieve desplazándose en una dirección y la opuesta, no en 360 grados, como ofrece la alternativa de los científicos de Hewlett Packard. Las limitaciones de los sistemas actuales restan atractivo para los consumidores, comenta la revista Science, haciéndose eco del avance presentado en su competidora Nature.
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